Que la situación generada por la pandemia no impida a los niños y jóvenes con diversidad funcional alcanzar su máximo potencial.
El proyecto pretende que las familias tengan su espacio tanto para compartir como para proponer cuestiones de su interés que puedan ser interesantes para el resto del grupo. Principalmente se busca informar a los progenitores en aspectos educativos que potencien tanto el desarrollo de ellos como el de sus hijos e hijas.
Un programa que no sólo tiene como fin mejorar el concepto social de las personas con diversidad funcional para considerarlos como ciudadanos de pleno derecho, sino que ha creado un espacio de apoyo entre las madres y padres, potenciando el intercambio de informaciones, opiniones y necesidades.
Temas como la prevención del bullying, el fomento del diálogo y de la autonomía de los menores, su futuro, la inclusión en el sistema educativo, o incluso aspectos más burocráticos sobre la dependencia y las ayudas sociales son sólo algunos de los aspectos que se tratan en estas reuniones que tienen lugar cada tres semanas.
“Lo que pretendemos con este programa es demostrar que es posible alcanzar una igualdad real, que todos los vecinos de nuestra Mancomunidad no tienen por qué encontrarse barreras en su día a día, y si es así, explicarles que aquí estamos para ayudarles a superarlas”, ha destacado el presidente de la Missem, Jorge González, poniendo en valor la importante “cohesión de grupo” que han forjado las familias participantes.
Además, a la par que la intervención grupal, se realiza una intervención con los profesionales que atienden a personas con diversidad funcional para conseguir una mayor inclusión de estas personas en todos los ámbitos de su vida.